Una de las motivaciones que tengo para el reciclaje es la de dejar un mundo sostenible para mis hijos y a las futuras generaciones. Pero empiezo a pensar que estoy haciendo el memo porque llega un Putin cualquiera y manda a “tomar por culo” todo nuestros esfuerzos.
- Se contaminan las aguas bombardeando una fábrica de amoniaco.
- El calentamiento de un misil o del incendio que provoca no es el mismo que el que produce mi coche aunque no tenga etiqueta de sostenibilidad.
- Se derrocha agua tratando de mitigar los incendios.
- Se destruyen edificaciones que luego precisarán ser reconstruidas.
- Se calcinan los bosques
En ocasiones en el pasado, he animado a mi hijo a convertirme en abuelo y, ahora, me alegro de no haber insistido.
El ataque ruso afecta a nuestra economía, a nuestro bienestar. Algunos añaden que es un ataque a los valores de democracia y de respeto a la legalidad. Pero, sobre todo, pienso que lo que ha destruido es la esperanza de un mundo en el que se caminaba, aunque con muchos errores, hacia la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Aumentan los presupuestos de defensa mientras se detraen recursos de sanidad, educación. Pensábamos que avanzamos pero la covid y la guerra a las puertas de casa nos han traído las imágenes que vivieron nuestros padres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario