lunes, 8 de febrero de 2010

Curiosos impertinentes

En el Palacio de Sástago se exhibe una exposición titulada "Los curiosos impertinentes, pintores británicos en la España romántica del siglo XIX".

Me ha impresionado porque no recordaba una exposición pictórica en la que la gente fuera tan protagonista.
Los viajeros, a la vez que pintores o poetas, británicos se pasearon por España y después de retratar el paisaje de la Alhambra de mil maneras diferentes: al atardecer, al mediodía, desde la vista del sur, desde el patio; decidieron ponerse a retratar al pueblo español. No fijaron su objetivo en los nobles (quizás no estaban a su alcance), sino en los vendedores, en los toreros, en las familias que visitaban sus presos en la cárcel o en el bandolero que se despedía de su hijo recién nacido.
En realidad, no es un retrato sino una fotografía en oleo que recoge la actividad grupal que vende- compra, que charla, que corteja, que pide permiso para mendigar. Además de las constumbres que podemos constatar, la cara de las personas o los personajes dibujados podría ser utilizada en la clase de psicología para describir los estados de ánimo, la personalidad y la actitud de cada uno de ellos.

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