En realidad, el sistema escolar necesita de buenos docentes, docentes que aman su trabajo, que cuando la web 2.0 está hackeada busca otra alternativa para alcanzar los resultados de aprendizaje que buscaban, que lo que les importa es el estudiante y no acabar el "programa". Pero, leed a Luis, él tiene más entusiasmo que yo que comienzo a estar encallecido del desagradecimiento de la administración y de la incomprensión de los colegas.
Gracias, Luis!! y siento no haber podido disfrutar de tus comentarios y tus reflexiones por más tiempo cuando eras estudiante de Licenciatura. Suerte y ánimo en tu "carrera" profesional.
"No se puede enseñar a quien no quiere aprender" (frase escrita en mayúsculas por nuestra profesora de Didáctica General, el primer día de curso, en la pizarra del aula donde estudié magisterio.
Perfecto. Ya tenemos el diagnóstico. Atendamos, pues, a la intervención. En primer lugar, considero que, como docentes, lo primero que nos debe venir a la mente es cómo motivar a nuestros alumnos, cómo engancharlos y acercarlos al área en estos días de sobreexposición a tantos estímulos de tan diversa naturaleza. Esto no es fácil, pero incluso incluso los conceptos más distantes a los intereses del alumno se pueden tornar atractivos con una buena teatralización. No hablo de profesores artistas, sino de profesores que optan por la innovación, por las nuevas tecnologías, por alejarse del libro de texto, por aportar al área experiencias propias, por escuchar las de los alumnos y relacionarlas.
Nadie dijo que esto fuera fácil. Se requiere tiempo y recursos. Hay profesores, recién entrados en la docencia o a punto de abandonarla, a los que no les puedes hablar de estas dos variables. "A mí no me pagan por..." y "esto no es de mi competencia" son expresiones a la orden del día. ¿Se necesita más control sobre la labor docente? ¿Quizás sobre la coordinación entre el profesorado? ¿Es la administración quien ignora las necesidades de los profesionales? ¿Son los padres quién, al menospreciar nuestros esfuerzos, minan nuestra ilusión? ¿Es, de nuevo, la administración? ¿Consideramos al equipo directivo?
Algo falla. Y pienso, por mi experiencia trabajando en el extranjero, que habría que empezar analizando la forma de trabajar que aquí predomina, donde uno es "dueño y señor" de su clase y todo lo que decida en ella. Donde el concepto "comunidad escolar" es un oxímoron. El tema de la dependencia enfermiza de los libros de texto (tradición docente de este país) es un asunto aparte ("pero hay que terminarlos, no sea que nos recriminen los padres"). No conozco mejor manera de matar la creatividad.
Ahora bien, ¿se incentiva al profesorado para que esta tarea se lleve adelante? ¿se le forma para que se plantee, si quiera, "salirse del caminito"? Para desarrollar todas estas ideas se necesitan recursos, tiempos, apoyos. Actualmente, no se cuentan con ellos. Ni se prevé. Mientras tanto, seguiremos actuando localmente, desde nuestras aulas, a nuestro ritmo. Pero me entristece pensar lo lejos que nos encontramos del cambio sistémico que la situación requiere.
Quizás esté especialmente negativo porque esta misma semana me ha llamado la DGA para decirme que, por falta de presupuesto, me iban a paralizar un proyecto, ya becado por Bruselas y Madrid, que llevaba preparando desde hacía muchísimo tiempo... Ahora queda ver si me devuelven todos los gastos que éste me ha ocasionado. La verdad, no espero que esto suceda. Ya no".
3 comentarios:
Después de varios años leyendo tus entradas por fin encuentro una referencia explícita a una cosa que siempre he echado en falta: la vocación de ser maestro. Amar esa profesión de tal manera, que tu capacidad de esfuerzo y sacrificio, y tus aptitudes, se multiplican buscando conseguir el bien del alumno. Lo echaba de menos.
"En realidad, el sistema escolar necesita de buenos docentes, docentes que aman su trabajo,... que lo que les importa es el estudiante y no acabar el "programa"."
Quizás una cierta desazón por mi situación no me haya dejado a veces leer entre líneas, y sí haya sido patente. Mea culpa. Pero me alegra verlo de forma tan clara hoy.
Yo me dedico a la ingeniería, pero vocacionalmente lo mío es la educación, y a ello me dedico en mi tiempo libre, voluntariamente, desde hace más de 10 años. Por tiempo y trabajo, por las circunstancias económico-laborales complicadas de hoy en día para poder trabajar-estudiar o dejar algo para empezar otra cosa en la vida, por todo ello aún no estoy ahí, en lo que deseo. Y me da mucha rabia ver gente enseñando y educando que no tiene esa pasión por educar y ese plus de esfuerzo por sacar adelante la base de la vida de una persona.
Sé que es complicado evaluar esto en la formación del profesorado, pero cuánto mejoraría la educación si se consiguiese.
Me encantó el comentario de Luis, y coincido en muchas de las cosas que ha expuesto. Hace falta gente así.
Quizàs tienes razón Oscar al decir que nunca he hablado de "vocación", no lo sé porque 155 entradas del tag profesorado son muchas. A lo mejor esta entrada sirve para justificarme: http://egarciaunizar.blogspot.com/2007/10/se-nace-o-se-hace.html
"No se puede hacer educación sin pasión" dice Luckesi y yo recojo en la entrada de mi libro.
En cualquier caso, gracias por tu comentario. Y no pierdas la ilusión.
¡Enrique!
Una vez más te dejo un vídeo que vi hace tiempo y que he recordado leyendo la entrada. Francamente bueno, es una crítica al sistema escolar actual, a las clases pasivas, a los exámenes cómo único método de evaluación y a los chavales sin motivación. A ver que te parece...
http://www.youtube.com/watch?v=A2vAz3dNQAA&feature=related
"Algunos métodos no suelen cambiar" por ninguna parte.
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