La
calidad se basa en la evaluación de los procesos y de los resultados. Se trata
de una evaluación de carácter procesual, continua a la vez que evaluación final
de resultados.
La
Universidad está inmersa en múltiples actividades procesuales que podemos
agrupar en tres grandes ámbitos: docencia, investigación y gestión.
En
cada uno y en su conjunto se precisa garantizar la calidad. La respuesta a las
necesidades cambiantes que surgen en una época como es el siglo XXI y en un
territorio (la Universidad) que tiene un papel fundamental en una sociedad que
se denomina del conocimiento.
Este
proceso de garantizar la calidad y la innovación se enmarca en una sociedad
competitiva con dos ámbitos referenciales: Europa y la Sociedad global del
conocimiento.
En el ámbito de la docencia, la
exigencia de verificar y evaluar los planes de Estudio de las diversas
titulaciones exige el impulso de ambos principios (calidad e innovación). Se
precisa atender el seguimiento, la coordinación, de arropar estos procesos en
todos los Centros y los Departamentos ya que todos, todos, se van a ver
implicados.
La
calidad y la innovación en nuestra oferta formativa debe ser una tarea
“empresarial” en la que todos desde el Rector hasta el profesor ayudante recién
llegado, pasando por Decanos y Directores de Departamentos, estén implicados y
responsabilizados en justa reciprocidad con el cargo que ocupan.
Aunque
resulta obvio, no olvidemos señalar que, en este proceso innovador, las TIC
estarán presentes de forma indiscutible. No debemos plantearnos si o no a las
TIC, sino como las utilizamos de la forma más eficiente posible.
No se de dónde ha salido este texto. Parece una reflexión que tuve que hacer en algún momento y que luego no fructifico en nada. Al menos servirá para poner un post.
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