Nos dijeron que era recomendable seguir con los ritmos habituales en este periodo de confinamiento.
Así que me elaboré un horario en el que programaba los tiempos de teletrabajo, atención a la casa, actividad física, incluso programé la siesta, baile y día del espectador.
Pero en tiempos de NO confinamiento no sólo existe la diferencia entre festivos y laborables, sino también la existencia de la situación imprevista de encontrarse a un amigo, a un familiar, en la calle o en el supermercado. La situación imprevista de dejar el móvil en el trabajo o en casa. Y la situación imprevista de pasar delante de una pastelería y comprarte ese pastel que te estás negando cada día para no estropear tus objetivos dietéticos.
Cuando no estaba confinado, el viernes a las 15 horas olía a fin de semana, la percepción de la ciudad era distinta. O el domingo por la mañana cuando el tráfico desciende y al despertar el silencio ciudadano nos acoge. Ahora, todos los días son domingo por la mañana o viernes por la tarde, no importa ni el día ni la hora.
Lo de la rutinas está bien, pero me gustaría algún imprevisto.
martes, 31 de marzo de 2020
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2 comentarios:
Esta situación es difícil para todos, ya que, en casa podemos hacer cosas limitadas y tenemos un horario muy amplio. Esperamos que esto termine pronto para poder disfrutar de esas cosas imprevistas de las que hablas.
Ánimo!!
Esta situación ha sido imprevisible y con esto una difícil adaptación de todos y cada uno de nosotros, por lo que hay que ser positivos en la parte que nos toca e intentar hacer cosas muy variadas para no perder nuestra rutina.
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