Los legisladores, afortunadamente, circunscriben el currículum a los objetivos, los contenidos, y los criterios de evaluación; aunque en ocasiones alargan su mano a aspectos metodológicos y organizativos que también forman parte del currículum.
Por eso, no deben tener muy claro que en la formación de los aprendices no sólo cuenta lo que el profesor explica y hace en clase; sino que también las bibliotecas, los patios de recreo, las aulas de dibujo, las salas de música, los laboratorios sirven como espacios de aprendizaje.
Tampoco conviene olvidar las salidas escolares que propuestas por la Institución Libre de Enseñanza en el siglo XIX constituyen un excelente y motivador modo para desarrollar el currículum. Estas salidas fueron reduciéndose por problemas de seguridad, de seguros y de complejidad o embrollo para hacerlas.
Por todo lo expuesto, por favor no convirtamos nuestros espacios diversos en homogeneizadas aulas. Parece que lo único que nos importa es tener “confinados” a las nuevas generaciones en aulas seguras frente al COVID-19. Me parece una vuelta atrás en el proceso de calidad. Por otra parte, el confinamiento ha mostrado lo importante que han sido la música, la expresión artística y la educación física.
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