Estoy en compañía de mi hermana que se ha desplazado hasta el frío New York desde su cálida Florida. Quienes viven en Estados Unidos, les ocurre como a los europeos, que algunas importantes ciudades no son tan conocidas como podríamos suponer.
Hoy, en el tercer día en New York, vamos a intentar conocer algunos aspectos de la Gran Manzana.
En primer lugar, nos iremos al ferry de State Island (gratuito) para ver la Estatua de la Libertad. Acercarse hasta la isla, no merece la pena por el gasto que supone en dólares y en tiempo, además ahora me dicen que no es posible subir hasta la cabeza de la estatua como lo hice en 1992 cuando visité NY por primera vez.
Para llegar hasta el downtown, utilizamos el metro que, para algunos es fácil, personalmente me resulta complejo, siempre me termino perdiendo. Quizás la existencia de múltiples entradas en cada estación (algunas dentro de edificios), o bien el paso de varias líneas, la señalética de las estaciones, los mensajes confusos de la megafonía consiguen un atontamiento mental que me agobian con una sensación de claustrofobia. Ahora se añade que el funcionamiento de los tornos está pasando a ser digital exclusivamente y ríanse Vds. de los cajeros de la banca!. En USA he descubierto que el friendly de la tecnología con las personas que nacimos en un mundo analógico es nulo. A pesar de todo, llegamos en muy poco tiempo.Desde el Ferry las vistas de la Estatua de la Libertad y del skyline de New York y de la vecina New Jersey son excelentes aunque los cristales estén sucios por las últimas lluvias.
De vuelta, aprovechamos para ver el Memorial de Ground Zero, con el recuerdo a las víctimas del 11-S en esas fuentes de agua con los nombres grabados.
Pero la tendencia de los tiempos es hacer centros comerciales cubiertos y así en los espacio del Ground Zero nos encontramos con el Oculus del arquitecto español Santiago CalatravaLuego pretendemos recorrer el High Line que parte desde la calle 14th en el barrio de Chelsea. Este barrio no sólo tiene el mismo nombre que el homónimo londinense sino que su aspecto es de lo más europeo en New York: las casas son residenciales y tienes como cuatro o cinco alturas como máximo.
Los edificios que antaño eran fábricas se han convertido en galerías de arte y un mercado con tiendas de alimentación y restaurantes exclusivos.El High Line antigua vía de ferrocarril que iba por la zona del oeste de Manhattan junto a fábricas y que llegaba hasta el mercado de la carne en Chelsea. Pero, con la llegada de los camiones, este sistema de transporte se fue perdiendo. En los años 80, la vía se abandonó por completo y se fue llenando de plantas y arbustos que crecían entre el cemento. En los años 90, la ciudad decidió derribarla para poder construir. Entonces un grupo de vecinos de Chelsea comenzó a luchar para que la High Line se transformara en un parque público abierto a todo el mundo
y consiguieron salvar esta construcción elevada, restaurarla y transformarla en un jardín que se inauguró en 2009.El paseo por este parque en alto permite una mirada en perspectiva de New York además de disfrutar de un jardín y de algunas esculturas y pasear a salvo del tráfico neoyorkino. Incluso hay una terraza acristalada para contemplar el tráfico en la 10th avenida.
El éxito de este parque aéreo ha traído un boom inmobialiario ya que está rodeada de pisos y rascacielos de lujo. Curiosamente, la especulación que querían evitar los vecinos ha llegado aunque esta obra de la arquitectura industrial ha permanecido.
1 comentario:
Interesante información pues voy dentro de una semana a NY. Gracias
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