Esta mañana está previsto visitar el MoMA (el museo de arte moderno), las frías temperaturas aconsejan estar al interior. Es temprano para entrar cuando termino el desayuno, un tímido sol invita a pasear por el cercano aunque inmenso Central Park.
Resulta placentero caminar por sus amplias avenidas poco concurridas a estas horas de la mañana de un día laborable. Me cruzo con corredores y corredoras de running, ciclistas y paseantes varios, así como empleados del mantenimiento. Busco el homenaje a John Lennon con su Imagine grabado en el suelo, ya que fue asesinado en su casa a pocos metros del lugar donde se encuentra .Mi caminar llega hasta la Terraza Bethesda de Central Park. Se hace la hora de apertura del museo por lo que comienzo a regresar ya que son 24 minutos y 1,2 milla.
El MoMA como todos los museos americanos no incluye en el precio las comodidades de los museos escandinavos, es decir, no tienes una taquilla o guardarropa donde dejar tus pertenencias que son revisadas minuciosamente en la entrada (esto parece lógico en un país que gusta de ir armado). Este inconveniente a mi edad desluce la visita al museo porque la contemplación del arte con molestias en la espalda hace un poco menos bella sus obras.
Me gusta verificar la procedencia de las obras, aquí está más fácil porque las salas están organizadas según el "benefactor". Me imagino que los ricos, nuevos o tradicionales, del siglo XX americano encontraron una fórmula para que su patrimonio artístico tuviera efectos fiscales beneficiosos a la vez que se ahorraban los costes en seguridad.
De la visita, recuerdo sobre todo Las señoritas de Avignon (calle de Barcelona) de Picasso. Asimismo, la estructura del edificio que permitía grandes murales algunos animados gracias a la técnica de utilizar luces led.
Tuve suerte y había una exposición temporal dedicada a los materiales y al proceso de producción de la película Pinocchio de Guillermo del Toro.
Por la noche, nos acercamos para estar los primeros en la fila del Smalls, un club de jazz. No hemos sido previsores de reservar, ya que se trata de un pequeño local. Pero somos afortunados y estamos en primera fila con los músicos ante nuestros ojos para hacer fotos y grabaciones sin interferencias.
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