El mercado de la calle Ueno Ameyoko que aprovecha el espacio del viaducto ferroviario para darle un aire saneado y vivo a una zona que pudo degradar el barrio.
Luego nos desplazamos en metro hasta OmoteSando donde en una gran avenida encontraremos las grandes firmas, como en la quinta avenida de New York. También aquí unos reducidos espacios donde se concentran los fumadores.
Desde ahí, nos acercamos a Takeshita Street, la calle de las lolitas, de los adolescentes y jóvenes que gustan de la moda y de una contracultura que mezcla el chicle (sweet lolita) y el gótico (Gothic Lolita), junto a las tiendas de zapatos con plataformas de vértigo aparece un café especializado en la posibilidad de acariciar cerditos. No me estoy inventando nada.
Por la tarde, acudimos a comer a la zona de Shimbashi donde hay un reloj que a determinadas horas los mecanismos actúan al modo cómo ocurre en algunas ciudades del centro de Europa.
En el metro llegamos hasta la zona comercial de Ginza.
Por la tarde acudimos al Skytree, la segunda torre más alta del mundo: 470 metros. No resulta muy vertiginosa porque es de noche pero en cualquier caso es impresionante.
En su base, la globalización ha traído el Octoberfest. Al igual que ocurre en algunas ferias occidentales, no admiten tarjeta de crédito.
La noche y nuestro cansancio después de doce horas de turista nos señalan el camino hacia el hotel. Atención a que el tren elegido llegue hasta la parada 05 sin tener que cambiar.
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