He superado la edad a la que murió mi padre y eso me lleva a reflexionar sobre mi propia vida, a escribir mentalmente mi biografía. Incluso, la puesto a disposición en una publicación que espero vea la luz el próximo 2025.
"2025", suena igual que aquella canción de Zager& Evans del año 1969
Mi anamnesis constata que fuimos muy injustos con nuestros padres y nuestras madres. Casi no supimos de su infancia, de su adolescencia, de sus inquietudes, de sus sueños.
Mi madre nos ponía las inyecciones cuando estábamos enfermos y también venían a casa otros vecinos de la Parcelación Andrés Vicente en el lado oeste del Barrio de Las Delicias. Eramos, como ahora, una población de emigrantes, trabajadora, pobre que no tenía medios para pagar un practicante.
Pensaba que ella había aprendido a ponerlas pero que no tenía estudios universitarios. Pero hace un año mi hermana María, me dijo que tenía unos resguardos de matrícula que mi madre había dejado en una cajita la última vez que estuvo con ella en América.
Mi manda los documentos escaneados y la fortuna hace que en una de mis visitas al Archivo Universitario, oiga hablar del archivo de la Facultad de Medicina. Se me enciende la bombilla y la profesionalidad de Esther y de Ana consiguen encontrar la ficha de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza con una foto de la jovencita de 21 años: Carmen Pascual Montón, que aprobó dos cursos de la Carrera de Enfermera pero que no hizo el examen de Reválida ni le fue expedido, por tanto, el título. Las razones de este abandono quedan a la confirmación de ciertas hipótesis.
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