lunes, 8 de mayo de 2023

Pobreza y Mendicidad

 Cada día son mas numerosas las personas que en nuestras calles están pidiendo una limosna.

  • Observaciones:

No solo están en lugares concurridos del centro, sino también a las puertas de los supermercados y mercados del centro o de los barrios periféricos de las ciudades.

En este último caso, suelen aceptar también comida y otros productos.

Algunos tienen un puesto fijo y rara vez cambia la persona a la que nos encontramos.

En ocasiones, y me sucedió recientemente, se acerca una joven y te pide que entres a la tienda y le compres tú mismo: leche o aceite.

Algunos tienen un cartel que señala su origen español o la finalidad para la que piden: enfermedad, hijos, etc. 

  • Reflexiones:

La crisis de 2008 y la COVID han traído al grupo de pobreza a numerosas personas que nunca imaginaron que se encontrarían en esa situación de necesidad. Lo que les incapacita para saber cómo tener que reaccionar.

NO suelo dar las limosnas porque entiendo que deberían ser mis impuestos los que sufragasen las necesidades básicas de esas personas.

NO termino de entender que todavía no haya nadie que les haya comunicado a los mendicantes de la existencia de servicios sociales, parroquias o bancos de alimentos.

Los servicios sociales deberían preocuparse por conocer la situación y las posibilidades de ayudas de estas personas porque de otro modo vamos a llegar a la invisibilidad de estas personas, porque las vamos a considerar como un elemento más del paisaje urbano. 



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