miércoles, 2 de octubre de 2024

Día de santuarios y de templos. (ZA-PÓN)

Hoy esta prevista la visita a un santuario y dos templos:

Al subir al autobús, la guía nos da los buenos días y nos recuerda que debemos llevar puesto el cinturón, aunque debido a su pronunciación no entendemos muy bien a que se refiere.

1.- Santuario de Fusimi Inari; 

La presencia de un tory en la entrada es característica de los lugares dedicados al sintoísmo. En este caso, hay millares de torii rojos de diversos tamaños que flanquean el sendero por los cuatro kilómetros que rodean la montaña. Cada tori está mantenido por una familia en recuerdo de sus allegados fallecidos.

Este santuario, dedicado al dios del arroz y el sake en el siglo VIII, presenta docenas de estatuas de zorros. El zorro es visto como el mensajero del dios de los alimentos de grano, Inari. Las llaves que están en las bocas de los zorros son las llaves de los graneros. En realidad, los zorros se comieron a ratones y conejos que eran quienes se comían las cosechas de arroz haciendo pasar hambre a los campesinos.

Como es la primera vista de la mañana, nos planteamos como reto el hacer los cuatro kilómetros del sendero que está flanqueado de toro que sube y baja, pero sobre todo sube hasta el alto de la montaña, por lo que nuestro aliento precisa de continuas paradas que aprovechamos para hacer fotografías ya que todo el entorno es muy fotogénico.

2.- Templo de Sanjusangen-do: 

“El nombre del templo hace referencia a los 33 sanjusan, (espacios que hay entre las 35 columnas del estrecho y alargado edificio) en las mismas albergan 1001 estatuas de Kannon, la diosa budista que tiene 1000 brazos. La gran Kannon está flanqueada a ambos lados por 500 imágenes menores de Kannon perfectamente alineadas. En realidad, no hay 500.000 brazos ya que según la ingeniosa formula matemática budista 40 brazos equivales a 1000 porque cada uno salva 25 mundos”. (Pequeña Guía de Japón. VIAJES PIRENE)

Los jardines exteriores son muy bonitos y agradables e invitan a la meditación, aunque al mediodía de este día soleado hay que buscar la sombra.

Ha llegado la hora de la comida, así que dejamos la tercera visita para después del descanso.

 Nos acercamos a un restaurante típico japonés donde descubrimos que no se precisa reserva pero la arbitrariedad del propietario hace que nosotros tengamos mesa pero los compañeros de viaje que llegan diez minutos más tarde, no sean atendidos. Aunque las mesas están vacías, les indican que están reservadas.

 También me sirve para conocer que los kimonos pueden alquilarse como si fuera una bicicleta cuando por la puerta del “restaurante” entran dos parejas que hablan italiano con acento milanés, les pregunto el porque del atuendo y me responden que lo han alquilado.


3) Templo de Kiyiomizu-dera


En este templo budista se repiten los rituales de la oración ante el buda, el lavarse las manos en la fuente.

“En la sala principal hay una gran terraza que se apoya sobre cientos de columnas y sobresale por encima de la ladera donde antiguamente se tiraban los fieles para conseguir fortuna en esta vida, si conseguías sobrevivir a los trece metros de caída claro. Debajo de esta sala está el manantial con tes canales donde los viajeros beben agua sagrada que se, según se cree, concede salud, longevidad y éxito en los estudios.”

Como todos los lugares que hemos visitado, se encuentra atestado de turistas y eso que está a punto de cerrar y ya no están los grupos escolares que giraban visitas por la mañana. 

A la vuelta a nuestro hotel, callejeamos por Ninenzaka, unas pocas calles llenas de comercios turísticos de alimentos, de objetos típicos, etc. Más abajo, el barrio de Gion, el barrio de las geikos, que al atardecer comienza a estar animado.


Y después de quince kilómetros en nuestro marcador, el día de las visitas religiosas se ha terminado.


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