6:00 a.m. nos lanzamos a la calle donde los primeros osaqueños se dirigen a sus trabajos. Estamos cerca de la estación de ferrocarril. Con la llegada del Shinkasen (el tren bala)las estaciones se han convertido en el centro de las ciudades. Alrededor de ellas se encuentra un centro comercial con todos los servicios necesarios: desde la restauración hasta las tintorerías. Cabinas para dejar los bultos y aparcamientos para las bicis con candado.
Mantis religiosa |
El desayuno del hotel ofrece un servicio local pero también unos productos más occidentales: beicon, salchichas, fruta, croissants.
El autobús nos espera a las 8:00 a.m. con la maleta que no he deshecho porque el hotel proporciona zapatillas y pijama.
Nuestra primera visita: el castillo de Osaka. El grupo va por la vía rápida y no tenemos que hacer cola. Desde el último piso se nos ofrece una vista panorámica de la ciudad aunque mitigada por la neblina.
Desde allí nos dirigimos a Nara, que fue capital de Japón entre el 710 y el 784. La ciudad está atestada o "apestada" de turistas y de escolares porque cuenta con dos localizaciones religiosas: uno budista y otro sintoísta. Además, cuenta con el aliciente de que los ciervos sika se pasean libremente por los jardines esperando que los turistas les ofrezcan galletas que comen de la mano, incluso hacen algunas reverencias.
Visitamos el santuarios sintoísta de Kasuga Taisha y el templo budista de Todai-ji. En el primero, nos encontramos con un grupo de monjes orando en el monte lleno de lámparas en honor de los difuntos. El templo budista tiene diferentes rituales en la oración y otros que parecen un parque de atracciones, como el de pasar por un estrecho agujero practicado en un tronco. Nuestros intrépidos y ágiles JL. y A. se atrevieron a hacerlo para que el Buda nos trasmitiera buena fortuna a todo el grupo. Y lo consiguieron: pasar y que el grupo tuviera fortuna.
La guía aprovechó algunos momentos para explicarnos por el pinganillo (canal 7) las diferencias entre budismo y sintoísmo. Estas religiones no son exclusivas sino que los japoneses practican el sincretismo religioso y la compatibilidad de pertenecer a ambas religiones.
Budistas: Más antigua, llega a Japón. Tiene escrituras. Tiene objetos y se ocupa de situaciones serías, tristes como los funerales y los memoriales.
Sintoísta: Es propia de Japón. No tiene escrituras. Los objetos son los de la naturaleza: montañas, ríos, etc. Se ocupa de situaciones gozosas como bautizos y bodas.
NO son paternalistas como el cristianismo, no hay un dios padre, sino que dan gracias a la naturaleza por la vida y piden ayuda ante los desastres naturales: terremotos, tsunamis, inundaciones, etc.
Por la tarde nos dirigimos a Kioto: el Hotel Royal Park Sanjo está situado céntricamente. lo que nos permite acercarnos caminando a la zona de restaurantes del Pontocho, a la zona comercial de Kioto, así como al Mercado de Nishiki situado entre antiguas calles y con el techo cubierto, muy útil para los días de lluvia.
La cena con palillos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El inconveniente es que mi motricidad manual no está muy desarrollada, dicho menos positivamente: soy un poco torpe. Las ventajas es que se come más despacio y se degustan mejor los alimentos.
Y después, a descansar porque el programa de visitas de mañana está completo desde las ocho de la mañana.
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