Tuve dudas de qué pijama meter en la maleta, así que puse dos: uno de verano y otro de otoño. Pero no hicieron falta porque en el primer hotel, un tres estrellas, no sólo ofrecían zapatillas y albornoz, sino también el pijama. Me parecía un poco pequeño y un poco grueso para el calor que hacia, pero lo probé y su tacto era agradable. Pensé que sería un detalle de este hotel que tenía el ambiente de un cuatro estrellas al menos; pero al día siguiente hubo la misma oferta y así en cada uno de los hoteles visitados menos al llegar al de Tokio. Y pensé que me iba a hacer un book con todos los modelos.
Por tanto, cuando vayáis a Japón, no lleves pijama. El modelo y la talla era igual para hombres y para mujeres.
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