Esta tetralogía, si puedo llamar así a esta unión o intersección de conceptos, me surge durante las fiestas del Pilar. Entonces no la publique por temor a ser considerado un agorero, un aburrido o un atacante del gobierno municipal de Zaragoza en Común. Pero ciertamente, fiestas hay cada jueves (jueves pincho), viernes y sábado; por lo que la vigencia de este post puede ser eterna.
NO hay fiesta que se precie que no tenga alcohol que se consume en exceso. Podría traer aquí varios recortes de periódico en el que se indica cómo algún joven ( de esos de 30 años!!!) la emprende (son emprendedores) con el personal sanitario que trata de devolverle a la vida, después de haber inutilizado la ambulancia con sus orines y vómitos para las dos horas siguientes (tiempo aproximado que necesitan nuestros servicios públicos para ponerla operativa de nuevo y atender a algún ciudadano o ciudadana que de verdad lo necesite).
Claro que yo el consumo lo asocio con la sostenibilidad porque gastamos mucho y mal. Como somos o son unos incivilizados, necesitamos recipientes de plástico que no atentan contra la seguridad, si se rompen no se llena de cristales con el consiguiente peligro y además podemos vender más y ganar más dinero. La sostenibilidad la defenderemos después de la fiesta e incluso iremos a alguna manifestación para defenderla ante el gobierno.
Claro que si multamos las acciones incívicas o le cobramos a nuestro joven borracho los servicios de meterle una B1; quizás se nos acuse de retrógrados y de estar violando los derechos individuales a la diversión.
Según mi opinión, el capitalismo (si bien tiene nombres y apellidos) es muy listo y sabe que al pueblo hay que entretenerle con “pan y circo”, que en el siglo XXI podríamos decir “alcohol y fiesta”. Con uno y otro, olvidamos hasta el lunes que el salario no llega, que cada vez hay más mendicidad en las calles, olvidamos la opresión que desde las altas esferas se ejerce, incluso olvidamos que la justicia es para los ricos y que los pobres van a la cárcel mientras los ricos recurren la sentencia. (¡Lo de los bancos y el tribunal supremo es de traca!)
Y mientras tanto, la cerveza sube el precio porque ya no hay suficiente grano o porque el agua de calidad está en manos de multinacionales. El plástico nos invade pero eso sí, si pagamos 10 céntimos de euro podemos disponer del mismo.
Debo finalizar con una llamada a la esperanza porque creo que podemos hacer un consumo responsable y sostenible. Me gusta la cerveza, también la fiesta y si tengo que utilizar vasos de plástico (por favor con el nombre escrito de forma indeleble) o bien cómo se hizo durante la Expo 2008 en Zaragoza (vaso de plástico que luego podía ser rellenado sin cobrar el envase).
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