Hay que volver a casa. "Ya llegó el final, la fiesta va a acabar..."
Incluso tenemos que madrugar porque el coche lo tenemos que devolver en el centro de Dublín antes de las once de la mañana.
Es lunes y la autopista está con mucho tráfico. Llueve. Pero después de diez días circulando por carreteras estrechas, con lluvia, incluso con bastante tráfico; me siento seguro al conducir. La incorporación a la autopista es relativamente fácil porque, no sé si es la norma, pero el coche que va por la autopista facilita la entrada desplazándose al carril de la derecha. En general, los conductores irlandeses son amables y comprensivos con las maniobras de los otros conductores. Yo me siento más cómodo en una carretera irlandesa que en una española.
La lluvia nos acompaña hasta Dublín y durante toda la mañana. Por eso, los iniciales planes de visitar algunos de los parques debe ser sustituida por acercarnos a los centros comerciales que se encuentran al oeste del Spire. Están bajo techo y tienen establecimientos de moda y de restauración, además de servicios porque la lluvia siempre invita con mayor frecuencia el paso por las Toilets (no restrooms, americanas).
Pero antes debemos colocar nuestro equipaje. Para una persona del siglo XX, utilizar el sistema de reserva previa en una de las webs existentes no resulta amigable porque no indica una dirección hasta tanto no realices la reserva, lo cual genera un poco de desconfianza. Será la edad. Así que nos dirigimos a la estación de ferrocarril. En la misma no hay taquillas, pero el guardia de seguridad nos indica un lugar donde depositarlas en las inmediaciones. Además hay una parada de taxis que nos permitirá desplazarnos hasta el aeropuerto sin angustiosas esperas.
No recomiendo el uso de uber o cabify en Dublin porque dos razones: (basadas en mi experiencia)
a) el tráfico es tan denso que hasta que llegue a tu ubicación, tardará más tiempo del que mi paciencia aguanta.
b) si tu geolocalización está poco precisa, no tienes muchos carteles indicándote en que calle te encuentras, o si lo hay, estará en gaélico. Es decir, no sabrás dónde estás exactamente.
A la hora recomendada, nos fuímos para el aeropuerto donde el paso por el control de seguridad estuvo entretenido.
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