Se trata de aquella costumbre de no querer tirar o desprenderse de nuestros objetos, de nuestras pertenencias.
Y es aquí donde podemos encontrar dos tipos de personas:
A) Las que optan por ordenar todas sus pertenencias, clasificarlas, ordenarlas asignarles un lugar concreto y siempre el mismo. Son los fans de los armarios, cajas y compartimentos.
B) Las que les gusta acumular, mejor dicho son incapaces de desprenderse de los objetos. Se les denomina disposofóbicos.
A los amantes del orden como es mi caso, sufrimos cuando nos toca convivir o compartir espacio con una persona disposofóbica.
Algunas dicen que tienen el síndrome de Diógenes, pero no es lo mismo, porque en este caso se produce un abandono personal y se acumula hasta la basura y objetos que no se van a utilizar.
Dedicado a aquellas personas disposofóbicas con las que compartí espacios.
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